La
biorremediación es una tecnología que utiliza el potencial metabólico de los
microorganismos (fundamentalmente bacterias, pero también hongos, algas y
levaduras) para absorber, degradar o transformar contaminantes orgánicos
en compuestos más simples poco o nada contaminantes, y, por tanto, se puede
utilizar para limpiar terrenos o aguas contaminadas
Hay microbios que pueden degradar petróleo, hidrocarburos e
insecticidas. Los metales pesados como el mercurio no son
biodegradables, pero las bacterias pueden concentrarlos de tal forma de
poder aislarlos más fácilmente. También se pueden emplear plantas para
limpiar suelos contaminados. Este proceso se llama fitorremediación y se
encuentra en desarrollo. Se basa en la capacidad que tienen algunas
plantas de absorber, acumular o tolerar sustancias tóxicas como los
metales pesados (por ej. cromo, plomo o cadmio), explosivos y
pesticidas. Así, reducen los niveles de contaminantes del suelo y evitan
su pasaje al agua. Algunas plantas utilizadas en fitorremediación son:
girasol, mostaza de la India, nabos, cebada, lúpulo, ortigas, dientes de
león, álamo, sauces. La biorremediación con bacterias ya se usa en todo
el mundo para restaurar la calidad del medio ambiente. Por ejemplo, en
la actualidad se utiliza la capacidad natural de algunas bacterias para
degradar el petróleo. Con la posibilidad de modificar genéticamente
microbios y plantas se prevé un gran potencial para esta estrategia en
el futuro. Un ejemplo de este desarrollo es la posibilidad de utilizar
bacterias modificadas como biosensores para detectar contaminantes.
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